domingo, 27 de enero de 2013

Basta de miedo- 016 - Denuncia


Quítate de ahí gorda que eres una gorda. Gorda y fea. No sé que vi en ti para casarme contigo puta. Quítate de ahí o te reviento la cara.

Y Sonia se levanta de la silla de la cocina pero antes de hacerlo clava sus ojos azules en el cuchillo que hay  en la mesa a la vez que nota como el corazón se le acelera y se dice a si misma:



-Un poco de valor y habremos terminado. Decídete y dejará de hacerte la vida imposible a ti y a los niños.

Pero Sonia ni tiene valor para hacerlo ni es tonta. Sabe que la vía para acabar con esa situación no es tomarse la justicia por su mano sino denunciar. Denunciar a su maltratador del que desafortunadisimamente sigue dependiendo (¿enamorada?).

La última vez que le pegó le  partió el labio y una ceja.  A quienes él quería pegar era a los niños pero se puso delante y  los golpes se los llevo ella. Casi a escondidas se fue a urgencias y allí le curaron pero además le aconsejaron que denunciara porque estaba claro que no había sido una caída. La enfermera le dijo lo mismo que las veces anteriores:

-No es la primera vez que vienes, no puedes seguir así, por favor denúnciale o un día te van a traer con los pies por delante.

Pero Sonia disculpa siempre a su agresor: “es que se ciega y  no sabe lo que hace pero luego se arrepiente””es que el niño pequeño es muy movido y pone a su padre muy nervioso” ”es que la comida estaba muy sosa” ”es que la camisa estaba mal planchada”…

Y con las heridas curadas (las de la cara no las del alma) vuelve a casa sin dejar de darle vueltas a la denuncia que ella sabe que tarde o temprano va a tener que poner. Sólo es cuestión de tiempo.
 Cuando hablas con ella dice que los niños son pequeños y  que ella no trabaja.   Dice que sabe que las hostias le van a seguir cayendo pero que si aguanta, el dinero para mantener a sus hijos, también.  Por eso aguanta. Por eso y porque dice que en el fondo le sigue queriendo.  (A mi escoba se le llevan los demonios cada vez que le escucha defenderle y a mi, pues también)

Sonia siempre busca escusas para evitar que llegue el momento de dejarle:

Si le denuncio vendrá a por mí. Si le dejo de qué comemos.  Si encuentro trabajo quién me cuida a los críos. Si voy a buscar trabajo dónde busco. Si no tengo formación, dónde voy. Si…si…si…

En todos estos años de matrimonio  Sonia  no ha cultivado amistades y a raíz de casarse perdió a sus amigas. Sus padres son muy mayores y están al margen de todo lo que pasa. Sus hermanos nunca se han preocupado mucho por ella. Su formación es un auxiliar de administrativo de hace mil años por lo que sabe que encontrar trabajo después de un montón de años sin actividad laborar va a ser difícil.  Así que cada vez que  piensa en acabar con esto le resulta muy difícil dar el paso porque ni tiene recursos ni  un entorno que le favorezca. Sonia se siente triste, desamparada y sola. Ah!! Además de gorda, fea, vieja, inútil y todas las linduras que su maltratador ha conseguido que lleve tatuadas en el alma.

Pero a veces las cosas vienen solas…

La semana pasada le golpeó en plena calle. Lo vimos un montón de gente y llamamos a la policía. Ninguno de los testigos nos movimos del sitio. Nos quedamos allí reteniéndole a él, acompañándole a ella y esperando a la policía para contar  lo que habíamos visto y todo lo que Sonia estaba pasando aun sin que hubiera denuncia. Mi escoba habló mucho con Sonia para convencerle de que ahora si había llegado ya el momento de acabar con aquello. Llegaron dos policías. Después de un buen rato,  se los llevaron a él a comisaría y a ella  a un piso de emergencia social.

Los niños estaban en el colegio y no vieron nada. Cuando salieron del cole su madre los llevo a su nueva casa.  Una casa para mujeres maltratadas donde ella y los peques podrían comenzar una nueva vida. El camino que ahora les queda por recorrer no es ni  fácil ni corto pero por lo menos es un camino sin golpes y sin miedo. Queda mucho tiempo para el que estomago deje de encogerse cuando escuchen la llave en la cerradura pero ahora ya cada uno debe hacer un trabajo personal de superación y autoestima. Ahora deben dejarse querer y sobre todo, echarle mucho valor, dejarse ayudar y encarar la vida desde lo positivo. Repito , no es fácil.

El siguiente párrafo está sacado de las declaraciones que se hicieron en la rueda de prensa celebrada por el Observatorio de violencia domestica en noviembre de 2012:

“En cinco años casi 85.000 mujeres maltratadas han renunciado a seguir el proceso judicial. Denunciaron a su agresor, pero luego se echaron atrás. Y en los tres últimos años esta cifra de arrepentimiento se ha disparado hasta alcanzar el 29 por ciento. Tres de cada diez víctimas han dicho no a continuar y airear el infierno de su casa en un juzgado”. Desde el observatorio se sostiene que la crisis ha repercutido en esta retirada de denuncias por el miedo de las víctimas a su futuro tras el proceso judicial.

Jo, que estamos involucionando…y no nos lo podemos permitir. Mi escoba y yo alguna otra vez ya hemos tratado el tema de las denuncias pero es que creemos que es fundamental que ellas denuncien y que nosotros no nos hagamos los ciegos…

Si sabes de alguna situación de violencia de género, por favor, llama al 016.  Denuncia.

Si lo estás sufriendo en tus carnes, por favor  llama al 016. Denuncia.




http://barriendoporlosrincones.blogspot.com.es/2011/10/te-he-dicho-que-te-necesito-pues-ha.html







sábado, 12 de enero de 2013

A ella también le gusta el solecito


Como a todos  independientemente de que sufra parálisis cerebral y lleve 17 años abriéndose camino en el mundo, cuando a las mediodías sale el sol de enero, Elvira te mira de una forma tan especial que sabes que se muere por ir a la calle.
Es entonces cuando mi escoba y yo cogemos nuestros trastos y nos vamos con ella, buscamos un banco al sol y nos aposentamos un buen rato hasta  que “alguien”  se acerca y me dice delante de Elvira:


-Pobrecita ¿es tu hija?

Y yo le contesto -  no, es mi amiga-

-Ya,  que pena.

- Que pena qué.

- Que pena vivir así.

- Así como ¿sentada? Pues más descansada estará digo yo ¿verdad Elvira?


Y ante la mirada extrañada y sorprendida de quien se ha acercado, Elvira utiliza su plafón para decirnos que está muy a gusto sentada pero que tumbada todavía estaría más descansadita…(es una cachonda) y nos echamos unas risas junto al “alguien” que se nos ha acercado.

-          -  ¿Nos escucha? Pregunta “el alguien” sorprendido.

Y entonces yo me pongo muy seria y contesto:


-          - Elvira tiene parálisis cerebral, sufre un trastorno permanente y no progresivo que afecta a  su psicomotricidad, o sea a su aparato motor pero  su cerebro está perfecto. Nos oye, nos entiende y se acuerda de todos nosotros cuando hablamos de ella y de su parálisis con ella delante sin tener en cuenta precisamente eso,  que está delante…

-          - Vaya, lo siento. No quería ofender.

Y entonces “el alguien” se acerca mucho a Elvira, le sonríe  y comienza a preguntarle en voz muy alta y de forma muy lenta:

-          - Elvira  ¿Qué tal estas? ¿te duele mucho?

Y  es entonces cuando mi escoba no puede más y empieza a barrer las losetas del parque (porque o barre o se lía a escobazos con el “alguien” pelma que nos ha tocado)

-         -  Elvira oye perfectamente, no hace falta que le grites- le digo.

-          - Claro, claro. Perdonad.

Jeeesus pero por qué cada vez que salimos a la calle no podemos tener el rato tranquilito…


Yo agradezco que la gente se acerque a hablar con Elvira y a saludarle. De hecho Elvira es supersociable y extrovertida así que  le encanta hacer amigos nuevos pero claro, siempre que dejen atrás las penas y los lamentos.




Dicen los estudios -Encuesta sobre Deficiencias, Discapacidades y Estados de Salud de 1999- que la incidencia anual de parálisis cerebral es de 2 a 2,5 por cada 1.000 nacimientos. Dicen que en España hay más de 3,5 millones de personas con discapacidad, lo que representa el 9% del total de habitantes y que el número de personas con parálisis cerebral se acerca a 78.000. Ahí es nada.


Bueno pues mi amiga Elvira es una de esos 78.000 y Lleva 17 años luchando contra los elementos, contra sus limitaciones, la autocompasión y la mirada compasiva, contra la adversidad, contra las trabas que nuestra sociedad  para “normales” le impone y aun así, si le cuentas un buen chiste, la tía se troncha. Le gusta el solecito, el cafecito,  las tapitas del bar y una buena película con sus palomitas…como a ti, y como a mí.

Siempre que salgo con ella vuelvo con una lección de vida aprendida. Elvira es la imagen de la superación y el coraje. Por eso me da tanta rabia que mucha gente se le acerque por pena y no porque crea que pueda ser una persona interesante para conocer y disfrutar.

Vivimos en  una sociedad que tanto la muerte como la enfermedad “cuanto más lejos mejor”. No nos han enseñado a mirarlas de una forma natural aunque de sobra sepamos que tanto la una como la otra en algún momento debemos mirarlas de frente e incluso pasar por ellas.


La verdad es que Elvira tiene una incapacidad únicamente motora  pero en muchos otros paralíticos cerebrales además del trastorno motor  también se da  Retraso mental - en dos terceras partes de los afectados- así como problemas de aprendizaje, alteraciones visuales, déficit auditivos, trastornos de la comunicación, trastornos emocionales o conductuales, alteraciones en la deglución… En fin que  la cosa se les complica y son necesarios muchas manos y muchos recursos para darles la calidad de vida que se merecen tanto como tú y como yo.


Desde nuestro blog mi escoba y yo os animamos a que visitéis algunas páginas que os darán información acerca de esta discapacidad motórica y también os animamos a que os acerquéis a alguna de sus asociaciones…si os acercáis, fijo que repetís  ¡estos chicos enganchan, os lo aseguro!

Y ahora os dejo porque mi escoba, Elvira y yo nos vamos a las rebajas. Elvira es, sin duda, la más presumida de las tres y nos puede tener tooooda la tarde recorriendo tiendas.

En fin, hasta otra.