domingo, 23 de octubre de 2011

Mirándome el ombligo...

Soy una persona de lo más normal, igual que tú. Tengo mis valores, mis creencias, mis pensamientos y mis sentimientos. Me gustan más unas cosas que otras y me caen mejor unas personas que otras. Como a ti.
Voy por la vida intentando no fastidiar al que tengo al lado y tengo mis mecanismos para protegerme de quienes quieren fastidiarme. Igual que los tienes tú.
Aunque podamos tener diferentes opiniones  y visiones de la vida,  creo que coincidiríamos en diferenciar lo justo de lo que no lo es. Y creo que  "nos revolveríamos” al ver una injusticia, pero…¿ tú actuarías? Yo no lo sé… He aprendido desde muy pequeña a no meterme en problemas.
Vivo muy cómoda en mi mundo de prisa y de crisis. Y aunque no me falta alimento, ni ropa, ni móvil, ni coche, ni vacaciones, ni amigos ni familia, ni una preciosa escoba,  me quejo de muchas cosas: de los políticos (a los que democráticamente voto), de la subida de los impuestos (esto lo digo porque lo oigo en las noticias, pero en mi día a día no controlo si me los han subido o no…, del cambio climático (al que yo, evidentemente no estoy colaborando ni tengo responsabilidad alguna), de la bajada de la bolsa (que no sé muy bien lo que es), de la operación salida (porque no me ponen mas carriles para ir para allá), de la operación retorno (porque no me ponen más carriles para venir para acá), del tiempo (porque nunca llueve a gusto de todos)…
Insisto, vivo muy cómoda en mi mundo que me permite quejarme de todo pero en el que verdaderamente no me falta de nada…
Yo que soy una privilegiada, sé que mi situación no es la misma que la de personas que viven muy cerca de mí, que sé que sufren y a las que miro con cariño pero de refilón para que no se fijen en mi y no me pidan ayuda y no me salpique…
Sé qué pasa con mis vecinos de abajo cuando escucho los gritos y sé lo que le ha pasado a la chica que repone en el super el día que no va al trabajo. Sé lo que pasa con el hijo de la conserje del colegio y lo que le ha pasado a una de las hermanas de la chica que cada día me vende el pan. Os podría contar qué es lo que le pasa a cada uno de ellos pero prefiero dejarlo ahí. Prefiero pasar página, dejar que cada uno siga su camino y yo seguir el mio…sin implicarme, mirándome el ombligo, sin meterme en problemas, sin meterme con nadie pero también sin ayudar a nadie. Bueno, al pobre que pide en la puerta del super le doy dinero de vez en cuando y así siento como se alivia mi conciencia.
De todo esto que me pasa a mí…¿A ti te pasa lo mismo? Igual no, igual tú no te miras el ombligo…y actúas.
Os paso un corto de 5 minutos que resume este post y que además de estar muy bien hecho, impacta y provoca.


1 comentario:

  1. Muy bueno Carmen, grande como siempre. Yo opino que cada vez somos más tortugas, nuestro caparazón con los años más duro y además meto, metemos la cabeza en nuestro caparazón que creemos "seguro", ahora bien es seguro lo que creemos tan seguro, posiblemente no, pero es cómodo.
    Recuperar valores, quizá esté ahí el reto del futuro para todas las personas.
    Esperando el siguiente post.
    Txutxi

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